miércoles, 1 de abril de 2015
CAPITULO 104 (EPILOGO)
Horacio se sentó en su silla, mirando a todos sus nietos rasgando papel para abrir sus regalos de Navidad. Él estaba abrazando a la bebe Camila contra su pecho. Ella sólo tenía unas pocas semanas de edad y era tan hermosa como el resto de sus nietos.
Pedro y Paula sin duda tenían la receta adecuada para la creación de un hermoso bebé.
Sonrió al ver a Diego y Olivia compartiendo chocolate.
Olivia había estado un poco decepcionada al ver que Diego era su primo y ella no podía casarse con él, pero pronto se recuperó cuando se enteró que eso significaba que pasarían más tiempo juntos.
Samuel y Emilia estaban cada uno balanceándose en sus caballos nuevos y riéndose de una manera que hizo que toda la habitación se iluminara.
Ana estaba tocando canciones de Navidad en el piano y todos los niños estaban cantando. Malena tenía una voz muy bonita y cuando fue acompañada por Juana y Paula sonó como los ángeles desde el cielo.
Los tres hombres estaban compartiendo una copa junto al fuego y cada cierto par de minutos les echaban un vistazo a sus mujeres, como para asegurarse de que ellas no desaparecieran.
Horacio se llenó de orgullo por lo bien que su plan casamentero había resultado. Ahora tenía la gran familia que había anhelado y si las cosas seguían yendo tan bien como lo había hecho, sería bendecido con más nietos.
Tenía que admitir que estaba un poco decepcionado de que no tenía a nadie más para emparejar. Descubrió que era bastante bueno en eso.
—Papá, ven a tomar un poco de este coñac que es muy bueno —lo llamó Federico.
—Dame un minuto —dijo. De mala gana se levantó y colocó a Camila en su cuna portátil, de pie sobre ella, asegurándose que no despertara.
Estaría más que feliz de ir a recogerla de nuevo.
Ella siguió dormida, sin darle excusa para estrecharla entre sus brazos de nuevo. Se acercó a sus muchachos y extendió la mano para tomar una copa.
—Tengo que admitir, papá, que la Navidad se pone mejor cada año —dijo Pedro mientras una vez más miraba a su esposa e hijo.
—Pensé que el matrimonio sería el final de mi vida y, sin embargo, me parece que era realmente el comienzo —admitió Federico.
—Nunca pensé que iba a dar el paso, pero sin Malena sólo soy media persona —dijo Hernan.
—Por supuesto, todos esos bebés maravillosos hacen los días de fiesta resplandecientes de nuevo —añadió Horacio mientras miraba alrededor de la habitación llena de música y risas.
—No me gusta admitir que tenías razón, papá, pero vamos a tener que darte el crédito esta vez —dijo Federico.
—Bueno, es bastante bueno escuchar eso de vez en cuando —dijo Horacio, mientras su pecho se hinchaba un poco.
—Feliz Navidad a todos —dijo Hernan a la habitación en general. La habitación estaba llena de coros de Feliz Navidad, y Hernan supo que la vida era tan grande como nunca podría ser alguna vez.
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me encantaron las tres historias! Pero sin dudas la ultima fue la mejor! *para mi* !
ResponderEliminarAmé las 3 historias, pero coincido con Flor que la que más me gustó fue la última.
ResponderEliminarBellisima historia.. llena de amor y familia ♥
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